Entre instituciones culturales, jardines privados, comercios gastronómicos y artesanos apasionados, este barrio histórico ofrece un resumen de lo mejor de elegancia parisina. Siga la guía para disfrutar de un itinerario elegante, íntimo y local. Y para aquellos que deseen sumergirse por completo en este ambiente, el’Hotel SAX París ofrece una ubicación ideal, a solo unos pasos de estos valiosos destinos.
- Por la mañana en el distrito 7: rituales parisinos entre café y croissant Empezar el día como un auténtico parisino significa tomarse el tiempo para disfrutar de un buen desayuno. En el restaurante Kinugawa, situado en la azotea del’Hotel SAX París, el desayuno se convierte en toda una experiencia. Frente a la Torre Eiffel, en un ambiente acogedor y elegante, se pueden degustar bollería recién hecha, zumos recién exprimidos y bebidas calientes mientras se contempla cómo despierta París. El servicio comienza a las 7:00 y se prolonga durante toda la mañana con una fórmula de «desayuno tardío» que también se sirve en la galería y en el jardín.
Luego, nos dirigimos al Mercado de Saxe-Breteuil. Menos concurrido que otros mercados parisinos, es el lugar de reunión de los vecinos. Allí se encuentran chefs, habitantes del barrio y curiosos en busca de productos frescos y locales. La perspectiva de la Torre Eiffel, como telón de fondo, refuerza el encanto de este paseo matutino.
- Tiendas exclusivas y saber hacer local Le 7.º distrito es también el lugar de encuentro de los apasionados de la decoración, la moda y la artesanía. No muy lejos del hotel, la Librería Galignani, una de las más antiguas de París, es un templo del libro de arte, historia y literatura anglosajona. Un poco más lejos, la Casa Sarah Lavoine Ofrece objetos y muebles de diseño con un estilo parisino elegante y contemporáneo.
Es imposible hablar del barrio sin mencionar Le Bon Marché, emblemática tienda de la Rive Gauche. Entre moda, belleza y estilo de vida, encarna lo mejor del lujo discreto. La colaboración exclusiva entre Le Bon Marché y el’Hotel SAX París incluso permite a los clientes recibir en su habitación una selección de productos refinados procedentes de La Gran Tienda de Comestibles de París.
- Jardines ocultos y momentos de relajación: el 7.º distrito está repleto de jardines secretos. El Jardín Catherine Labouré, situado en la calle Babylone, es un remanso de paz poco conocido, perfecto para una pausa de lectura o meditación a la sombra de los árboles frutales. El Jardín del Museo Rodin, por su parte, combina naturaleza y escultura con una elegancia poco común. En él se pueden admirar las obras monumentales de Rodin en un entorno bucólico.
Para disfrutar de una pausa para comer con total tranquilidad, dirígete al jardín del Hotel SAX, un oasis vegetal en el corazón de la ciudad. Inspirado en los jardines franceses por el Studio Ravn, este lugar ofrece un entorno elegante y relajante, ideal para almorzar lejos del bullicio. Aquí, el estancia de lujo en París cobra todo su sentido.
- Una tarde cultural a dos pasos Le 7.º distrito es una tierra de cultura. A pocos minutos a pie del hotel, el Museo de Orsay expone las obras maestras del impresionismo en una antigua estación de tren con una arquitectura espectacular. El Museo Maillol, más confidencial, rinde homenaje a las artes modernas, mientras que la Fundación Dina Vierny seduce a los amantes del arte contemporáneo.
Estas prestigiosas instituciones, a las que se puede llegar a pie desde el hotel, ofrecen numerosas oportunidades para vivir una estancia en París Enriquecedor e inspirador, lejos de las multitudes turísticas.
- Velada parisina entre gastronomía y panorama Al caer la noche, el Azotea del Hotel SAX se convierte en uno de los lugares más populares de la capital. Se cena en el Kinugawa Rive Gauche, donde la cocina japonesa contemporánea se une a la elegancia parisina. El entorno es excepcional: madera natural, luz tamizada y, por supuesto, una vista panorámica de los tejados de París y la Torre Eiffel brillante.
Después de la cena, la Galería del Hotel SAX, decorada con espejos y lámparas de araña de Baccarat, recibe a los huéspedes para degustar cócteles en un ambiente acogedor. La velada puede prolongarse con un paseo hasta el Puente Alejandro III, uno de los puentes más bonitos de París, que ofrece unas vistas mágicas de las orillas iluminadas del Sena.
Conclusión
Vivir París como un auténtico parisino significa ralentizar el ritmo, observar y saborear. Significa adoptar el ritmo tranquilo de la vida parisina. 7.º distrito, entre cultura, gusto y arte de vivir. También es elegir un lugar que encarne esta filosofía: El Hotel SAX París, un refugio íntimo en el corazón del barrio, perfecto para una estancia inspiradora y auténtica.
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